Por su parte, desde la Guardia Civil se ha indicado que la precipitada vuelta de la Virgen del Rocío a su ermita no ha causado incidente alguno.
La sorpresa y la incertidumbre se adivinaba en los rostros de todos los congregados en las inmediaciones de la calle Las Carretas, muy próxima a la ermita, en la que se sitúa la Hermandad de Moguer, cuando observaban como los almonteños ponían rumbo a la ermita y dejaban a la Virgen del Rocío de nuevo en su templo. Fue allí cuando, como consecuencia de un fuerte golpe en el lado derecho del paso, se produjo la rotura del varal, que llevó a los responsables de la matriz a adoptar una decisión histórica, tras comprobar que era imposible arreglarlo allí mismo.
Con esta decisión, han sido muchos los rocieros que, después de un año de espera, no han vivido el momento de tener a la Blanca Paloma frente a ellos y poder gritarle sus vítores, rezarle y cantarle al son de palmas, ya que la procesión tan sólo ha durado cinco horas de las casi diez habituales y la imagen apenas si había visitado a la mitad de sus filiales.

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