lunes, 28 de mayo de 2012

Nada queda para verla de nuevo de Pastora


El 19 de agosto tras la celebración de la función religiosa del Rocío Chico se esperará a que se produzca el salto de la reja para su traslado
EDUARDO J. SUGRAÑES | ACTUALIZADO 28.05.2012 - 17:30
LOS   siete años están a punto de cumplirse, sólo faltan 84 días, algo más de dos meses y medios para volver a ver a la Virgen del Rocío vestida de pastora. Será el domingo 19 de agosto cuanto a media tarde se produzca el salto para iniciar su caminar hacia Almonte. Comenzará así un tiempo de gracia, el del Año Jubilar Rociero, que viene a coincidir con el Bicentenario del Rocío Chico. Será un año muy especial el que vivirá Almonte y todos los devotos de la Virgen del Rocío.

Se recorrerán esas tres leguas que separan El Rocío de Almonte por el tradicional camino de los llanos. La Venida de la Virgen será en el mes de agosto como culminación de la celebración del Rocío Chico. Tras nueves meses de estancia en el pueblo se producirá la ida de la Virgen del Rocío, será para el mes de mayo, días antes de la Romería de Pentecostés.
 
Los traslados procesionales desde la aldea hasta el pueblo tienen una gran significación en Almonte y representan la renovación de la devoción y la expresión del vínculo singular de este pueblo con su Patrona,  arraigado en siglos. El primer documento que recoge la venida de la Virgen a Almonte es de 1607. Durante siglos los almonteños no han tenido fecha fija para los traslados sino que éstos se hacían cuando el pueblo consideraba que la situación de sequía, plaga, enfermedad o peligro sería remediada con la presencia del Virgen en el pueblo. Los tiempos fueron muy distintos, en 1738 se trajo la Virgen a la parroquia de la Asunción tres veces, y en otras ocasiones sin embargo transcurren hasta 20 años sin traslados. Es en 1949 cuando el pueblo decide que la Virgen sea trasladada cada siete años desde El Rocío hasta Almonte.
 
Es en 1949 cuando vuelve a Almonte después de un largo periodo de diez años sin visitar el pueblo. Lo hace con ocasión de las obras de restauración de la parroquia de la Asunción, para que estrenara esta su segunda casa. La pregunta entonces era y cuándo volvería la Virgen. Así que la respuesta que toma el pueblo con la Hermandad Matriz es que la Virgen venga cada siete años, para que así generaciones futuras puedan disfrutar del gozo de tenerla en Almonte. El siete es el número bíblico que determina la vida de todo hombre o mujer, diferenciando ciclos como la infancia, la niñez, la pubertad y la madurez o mayoría de dad. Ello no sería óbice para que si en el transcurso de esos siete años Almonte necesitara de la presencia de la Virgen en su pueblo la trajese, sin tener en cuenta el tiempo transcurrido. El traslado de este próximo agosto será el segundo que emprenda la Virgen del Rocío en el siglo XXI, el anterior tuvo lugar el 19 de agosto de 2005; será el primero del obispo José Vilaplana. En la mañana, a las 10:00 se celebró la función solemne del voto de acción de gracias del Rocío Chico, que presidió el párroco Diego Capado Quintana. El salto de la reja se produjo a las 14:30 y se inició así el traslado de la Virgen vestida de pastora, recorriendo las calles de la aldea por el camino tradicional. Al atardecer, sobre las 20:00, las camaristas cubrían su rostro. Comenzaba así el camino del traslado con la Virgen en sencillas andas para recorrer este camino cubierta por un capote. Una jornada calurosa, aunque con tarde nublada y a la que acudieron unas 600.000 personas a acompañar a la Virgen del Rocío. Un traslado marcado, como siempre por el fervor, con las salvas de escopetas de anuncio y alegría por la presencia de la Virgen, de forcejeos en ese mar de hombres por el que es llevada en ese sueño de cariño de Almonte hacia su Patrona.
 
La noche se hace corta por el fervor de la gente, los focos que la alumbran, la nube de polvo que la rodea, las miles de personas que caminan a su alrededor, hasta esperar que se produzca de nuevo el encuentro con Almonte. El Chaparral le espera sembrado de gente, mientras las abuelas almonteñas llevan los enseres de su altar y su ajuar de reina. En el Alto del Molinillo se produce el momento deseado, la camarista vuelve a tomar protagonismo al descubrir a la Virgen quitándole el capote.
De nuevo la luz se hace en Almonte en este amanecer que se espera cada siete años. Llegó temprano, a las 7:15 se descubría su rostro y de ahí a recorrer las calles en este saludo y encuentro con la gente. Cruzando los arcos adornados, por calles que son filigranas de papelillos de color. Hasta llegar al paseo de la iglesia de la Asunción, eso se producía a las 10:30 y una hora después entraba en la iglesia. A partir de ahí todo un rosario     de actos para vivir cerca de la Virgen durante nueve meses, entonces la aldea quedará huérfana.
 
Desde el pasado mes de febrero se escuchan las salvas en Almonte en anuncio de lo que está por venir. Se prepara ya por parte del Ayuntamiento de Almonte el Plan Venida de la Virgen.
 
La Hermandad Matriz también está en la preparación de la venida. Será la nueva junta que preside Juan Ignacio Reales la que en un mismo año se estrene en la romería y en la venida de la Virgen. Desde que tomara posesión el pasado año tras la romería vienen preparando un amplio programa de actos entorno a este acontecimiento y a la celebración del bicentenario del Rocío Chico. Hay un amplio programa de actividades que celebra ese periodo 1810-1813 a 2012-2013. Se espera que se pueda vivir así un Año Santo Jubilar, coincidiendo con el traslado y estancia de la Santísima Virgen en Almonte. Durante el pasado año se realizó una interesante exposición titulada Intercesora de Almonte. 
 
Ahora sólo queda esperar este breve tiempo, transcurrido los siete años para volverla a ver.





No hay comentarios:

Publicar un comentario