lunes, 28 de mayo de 2012

El Papa concede a El Rocío la celebración de Año Jubilar. Benedicto XVI otorga un Año Jubilar Rociero


Se trata de un tiempo de concesión de gracias espirituales que empezará el 15 de agosto y acabará el 7 de septiembre de 2013.
CARLOS LÓPEZ, EL ROCÍO | ACTUALIZADO 28.05.2012 - 07:09

No podía haber elegido mejor escenario para la buena nueva. El obispo de Huelva, José Vilaplana, eligió la Misa de Pentecostés, celebrada ayer en el Real de la aldea, para desde el púlpito anunciar frente a miles de fieles que el Santo Padre Benedicto XVI tenía a bien conceder un Año Jubilar Mariano al Rocío. 
     
Vilaplana ensalzó la importancia de este acontecimiento cristiano para la remisión de los pecados y penitencia sacramental. Se trata de un periodo de gracia que promueve entre los fieles, la santidad en vida y por el cual la Santa Sede concede singulares gracias espirituales. Un tiempo instituido para consolidar la fe y, en paralelo, contribuir en la construcción de obras sociales y la comunión fraterna entre Iglesia y sociedad. 
     
En la lectura de la carta de Ratzinger, el obispo explicó que este periodo mariano que comprenderá desde el 15 de agosto de 2012 hasta el 7 de septiembre 2013, coincidirá con dos fechas tatuadas a fuego en el calendario de los rocieros: la venida de la Pastora a Almonte y la conmemoración del bicentenario del Rocío Chico. Se trata del voto realizado en 1813 (tres años después de los hechos y una vez expulsados los franceses del territorio patrio) en agradecimiento por la protección e intercesión divina de 1810, frenando el derramamiento de sangre que llevaba implícito la venganza gabacha.
     
De este modo y tal como se congratulaba la Matriz, la aldea almonteña será epicentro de la religión católica en España"; sumándose así a municipios como Santiago de Compostela (La Coruña), Liébana (Cantabria), Utrera (Sevilla), Santo Domingo de la Calzada (La Rioja) y Canjáyar (Almería) u otros fuera de nuestras fronteras, como Roma o Jerusalén.   La Hermandad Matriz añadió que aún quedan por concretar cuáles serán los actos que tendrán lugar durante los 12 meses de este Año Jubilar. 
    
Monseñor Vilaplana también dio a conocer a la Matriz, que están "todos los trámites terminados" para declarar al Rocío Santuario Internacional, de forma que en breve llegará la concesión por parte del Vaticano. Previo a este anuncio y a las reacciones de la Hermandad Matriz, el cardenal arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach ofició una multitudinaria eucaristía.  Su designación fue un gesto para celebrar la inclusión de Cornellá, que este año ha sido reconocida como la filial número 109 por lo que, junto a Chiclana de Frontera, completan la nómina de hermandades. Una inclusión merecida por derecho propio tras ser la asociación rociera más antigua, atesorando treinta años ininterrumpidos mostrado su fervor a la Patrona almonteña y haber sido reconocida canónicamente en 1995 por el propio arzobispo. Junto a él, oficiaron la misa el obispo emérito de Huelva, Ignacio de Noguer; el de la Diócesis de Asidonia-Jerez, José Mazuelos así como el párroco y director espiritual de Almonte, José García, entre otros sacerdotes. 
    
Como viene siendo habitual el altar volvió a verse coronado por un mosaico de tapices bordados que integraban los 110 Simpecados. Frente a ellos, una marea de fieles que desafiaban y sofocaban el calor con abanicos u ocultando su rostro del sol sombrero en mano, octavillas con el programa de la romería e incluso paraguas y sombrillas; mientras, lo más afortunados, seguían la homilía desde los balcones de las viviendas que miran al Real. En paralelo, un continuo fluir de fieles se postraba en el santuario frente a la Blanca Paloma para rezar y lanzar plegarias con la medalla al pecho o en la mano; gestos repetidos una y otra vez que conforman la estampa que da al mundo muestra de la fe que encierra Pentecostés
     
A ellos tuvo como destino las palabras de Martínez, quien destacó durante su homilía el significado de esta festividad cristiana y cómo "Jesús se encarnó en la virginal María" para, a través de su vientre, dar vida al Redentor. En este sentido, explicó: "Ella dio a Jesucristo a los hombres pero, a su vez, Dios nos dio a María para la humanidad" cuando en el Calvario esperaba la muerte y posterior resurrección.  
     
El cardenal también puso en primer plano el papel de María como mediadora e intercesora de Jesús frente a los obras. Para ello tomó de ejemplo su actuación en las bodas de Caná, cuando se preocupó "de nuestras indigencias, necesidades y sufrimiento e intercede" frente a su Hijo con un único mandato para los hombres: "Haced todo lo que Jesús os diga". Ahí está el corpus del Evangelio, el faro en el que se mira la Iglesia como receta para encontrar "el Espíritu Santo que anida en nosotros desde el bautismo", apostilló.
     
En otro momento de su homilía, el prelado barcelonés invitó a todos los presentes, a reflexionar sobre el hecho de que se viven "tiempos de compartir riquezas con los que menos tienen". Además, instó a los rocieros a seguir el mensaje de la Biblia a través de sus vivencias en torno a la Virgen del Rocío, ya que los rocieros "hablamos el lenguaje del amor, porque imitamos a la Reina de las Marismas, que es todo amor". En este sentido, añadió que si se siguen las Escrituras, "conseguiremos ser buenas personas, buenos cristianos y plena felicidad en este mundo; a todos nos corresponde este mensaje".
    
Tras sus palabras, el secretario de la Matriz, Santiago Padilla, pidió que se iniciara la protestación de fe de los presidentes y hermanos mayores de las 110 filiales entre los acordes de sevillanas del Coro de Gines.




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