viernes, 19 de agosto de 2011

El Rocío Chico se hace eco del mensaje de Benedicto XVI

El pueblo agradece hoy solemnemente a la Blanca Paloma su intercesión para evitar una masacre del ejército francés · La Hermandad Matriz celebra el Bicentenario entre 2010 y 2013
Carlos López / Almonte | Actualizado 19.08.2011 - 05:01

Si Madrid es en estos días epicentro de la fe cristiana en el mundo gracias a las Jornadas Mundiales de la Juventud, la aldea de El Rocío es la extrapolación directa al ámbito mariano. Como si de un cordón umbilical se tratara, durante los actos litúrgicos que se desarrollan con motivo del Rocío Chico, se ha tenido muy presentes el mensaje de su santidad, Benedicto XVI.

Esta comunión espiritual tendrá su altavoz en la provincia con motivo de la celebración de la misa votiva que hoy viernes oficiará el párroco local José Muñoz García, quien rememora en su homilía la intermediación de la Patrona almonteña durante la Guerra de Independencia y la protección que brindó a todos sus hijos hace más de dos siglos.

Previamente se ha venido celebrando el triduo preparatorio que han oficiado respectivamente Juan Mairena Valdayo, deán de la Catedral de Huelva y precursor de la presencia del Papa Juan Pablo II en el Rocío; el capellán José Gutiérrez; y el padre Salesiano Antonio María Calero.

El Rocío Chico es la rememoración de los hechos acaecidos en la madrugada del 18 de agosto de 1810, cuando sobre el pueblo de Almonte se cernía la inminente venganza francesa a la muerte del capitán Pierre D,Ossaux. Su muerte soliviantó al Mariscal Shoult, quien ordenó "pasar a cuchillo a los vecinos y saquear el pueblo". El objetivo era dar un contundente escarnio a toda población que osara derramar sangre gabacha.

Para la misión se formó un batallón de 800 infantes para ejecutar sin discriminación a cualquier civil, al objeto de minar los ánimos de la insurgencia.

En esos momentos la población encontró cobijo en el Santuario de la Virgen del Rocío, al calor de su Patrona y rogando por aplacar la furia francesa y evitar así un derramamiento de sangre de inocentes. Las plegarias fueron escuchadas, los almonteños demostraron que la muerte respondió a un contrabandista y la intervención divina contribuyó a que una orden dictaminara el repliegue de las fuerzas militares y no se ejecutara ninguna muerte.

Una vez El Condado se vio liberalizado de tropas francesas, el 16 de agosto de 1813 el Ayuntamiento, el clero y la Hermandad Matriz acordaron hacer "un voto formal" para reconocer la intermediación divina de la Virgen del Rocío. Es esta la razón de que durante el periodo 2010-2013 se celebre el bicentenario de estos hechos.
 
 

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