Almonte ha dormido ya con su Virgen. Más de 9.000 personas recorrieron ayer a caballo y a pie los 15 kilómetros de camino que los separaban de su Patrona, la Reina de las Marismas, los primeros en pisar un año más la aldea almonteña. Las cerca de diez horas de camino que recorrieron por las arenas no acabaron con la emoción de los almonteños y de los cientos de personas que peregrinaron con ellos para disfrutar de la romería de 2011, y la devoción se apoderó de la aldea cuando los primeros caballos se pararon ante la ermita para saludar a la Blanca Paloma. Con la llegada de la Matriz a la aldea comenzó El Rocío, y desde hoy irán llegando progresivamente cada una de las 108 filiales para presentarse en la mañana del sábado ante la Virgen.
El reloj apenas marcaba las 23.00 horas de la noche cuando los primeros peregrinos de Almonte entraban a caballo en la aldea, donde cientos de devotos aguardaban ya desde la tarde la entrada de la primera hermandad a El Rocío. Tras ellos, Manuel Ángel Larios portaba el Simpecado en la mano junto al hermano mayor, Isidro Medina, y la junta de gobierno, que se acercaban expectantes a reencontrase con su Virgen. Con ellos llegaron los vivas y la salve que le dio la bienvenida a Almonte a su aldea, y los cientos de peregrinos que les seguían a pie caminaron hacia la ermita con esa emoción que cada año marca los primeros minutos de contacto con la Virgen, esos momentos con los que han soñado desde hace días y que les han animado a caminar desde que el párroco oficiara la Misa de Romeros a las 10.00 horas de la mañana en El Chaparral.
El buen tiempo les acompañó durante todo el Camino de los Llanos, y cada una de las cinco paradas que los peregrinos realizaron durante su caminar les dio más fuerza para continuar hasta la Reina de las Marismas. Para José Joaquín Gil, su último camino como presidente de la Hermandad Matriz de Almonte ha ido “muy bien”, con un ambiente “agradable y con una gran participación”. Y es que cada vez son más los que se suman a Almonte para peregrinar hacia la aldea. Unos sentimientos que también comparte el hermano mayor, Isidro Medina, para quien el camino no sólo ha sido bonito, sino también algo “inolvidable”, como lo es el hecho de “representar a su pueblo en la llegada a El Rocío”.
Tras una entrada silenciosa, tan sólo acompañada por el repiqueteo de las campanas y los vivas de los almonteños, Medina se bajo de su caballo y, seguido de cerca por un centenar de peregrinos, se adentró en la ermita para saludar a su Patrona. A su paso, el responsable del Simpecado y el resto de peregrinos a caballo rodearon el lugar para acercarse hasta su casa hermandad, donde el resto de romeros les esperaba ansiosos para darles la bienvenida a la aldea. Ya sí comenzó El Rocío de 2011.
El reloj apenas marcaba las 23.00 horas de la noche cuando los primeros peregrinos de Almonte entraban a caballo en la aldea, donde cientos de devotos aguardaban ya desde la tarde la entrada de la primera hermandad a El Rocío. Tras ellos, Manuel Ángel Larios portaba el Simpecado en la mano junto al hermano mayor, Isidro Medina, y la junta de gobierno, que se acercaban expectantes a reencontrase con su Virgen. Con ellos llegaron los vivas y la salve que le dio la bienvenida a Almonte a su aldea, y los cientos de peregrinos que les seguían a pie caminaron hacia la ermita con esa emoción que cada año marca los primeros minutos de contacto con la Virgen, esos momentos con los que han soñado desde hace días y que les han animado a caminar desde que el párroco oficiara la Misa de Romeros a las 10.00 horas de la mañana en El Chaparral.
El buen tiempo les acompañó durante todo el Camino de los Llanos, y cada una de las cinco paradas que los peregrinos realizaron durante su caminar les dio más fuerza para continuar hasta la Reina de las Marismas. Para José Joaquín Gil, su último camino como presidente de la Hermandad Matriz de Almonte ha ido “muy bien”, con un ambiente “agradable y con una gran participación”. Y es que cada vez son más los que se suman a Almonte para peregrinar hacia la aldea. Unos sentimientos que también comparte el hermano mayor, Isidro Medina, para quien el camino no sólo ha sido bonito, sino también algo “inolvidable”, como lo es el hecho de “representar a su pueblo en la llegada a El Rocío”.
Tras una entrada silenciosa, tan sólo acompañada por el repiqueteo de las campanas y los vivas de los almonteños, Medina se bajo de su caballo y, seguido de cerca por un centenar de peregrinos, se adentró en la ermita para saludar a su Patrona. A su paso, el responsable del Simpecado y el resto de peregrinos a caballo rodearon el lugar para acercarse hasta su casa hermandad, donde el resto de romeros les esperaba ansiosos para darles la bienvenida a la aldea. Ya sí comenzó El Rocío de 2011.
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